Es muy frecuente tener creencias erróneas y hablar de las personas trans* como aquellas que viven en un cuerpo equivocado, que no se sienten a gusto con sus genitales o cuya identidad no concuerda con su cuerpo. Como consecuencia de este error, a las personas trans* se las ha tratado como un problema.
Además, es importante tener en cuenta que las personas trans* también pueden ser heterosexuales o tener una orientación sexual no normativa, ser gais, lesbianas, bisexuales, asexuales… independientemente de qué cuerpo o qué genitales tengan.
El ser una persona trans* o con variabilidad de género es cuestión de diversidad y no de patología. (Asenjo, 2020).
Profesionales de la salud pueden ayudar a las personas trans* a afirmar su identidad de género, explorar las diferentes alternativas para la expresión de esa identidad, y tomar decisiones sobre las opciones de tratamientos médicos o no, para aliviar su sufrimiento (Asenjo, 2020).
Es importante no confundir: transgénero con transexual (término sustituido por trans*).
La violencia y la discriminación suelen ser producto del miedo a lo desconocido, ya que lo perciben como diferentes al resto. Platero y Rosón, (2021). Cuando hablamos de Transfobia es para referirnos a diferentes formas de violencia, discriminación, odio, rechazo, agresividad y actitudes negativas sobre quienes transgreden o no encajan en las expectativas sociales sobre las normas de género. (Platero, 2020).
Se puede manifestar de varias maneras: